Julián Gayarre

En mayo de 1903 el Ayuntamiento de Pamplona aprueba una moción por la que el hasta entonces Teatro Principal cambia de nombre para pasar a denominarse Teatro Gayarre en homenaje y memoria del ilustre tenor navarro Julián Gayarre, fallecido trece años antes (2 de enero de 1890) en Madrid. Tal y como consta en su partida de bautismo, Sebastián Julián Gayarre Garjón, tercer hijo del matrimonio formado por Mariano Gayarre y María Ramona Garjón, llegó al mundo en Roncal un 9 de enero de 1844. El que años después se convertiría en uno de los más ilustres tenores de la lírica española nació en el seno de una familia humilde.

A los trece años, después de abandonar la escuela una vez terminados los estudios elementales, comenzó a ganarse la vida como pastor. Apenas dos años después su padre decide enviarlo a la capital, a Pamplona, para trabajar como dependiente de un pequeño establecimiento. Es aquí donde se produce su primer contacto con la música, un encuentro que le costó el despido y el regreso a su valle natal tras haber dejado el negocio abandonado para seguir a una banda de música que pasó desfilando por delante de la tienda. Su siguiente destino laboral fue una forja en Lumbier, localidad que abandonó a los 18 años, cuando decidió regresar a Pamplona para instalarse como herrero.

Cuenta la tradición que Gayarre tenía por costumbre cantar mientras trabajaba, afición que hizo que un compañero le ofreciera apuntarse al recién creado Orfeón Pamplonés que dirigía Joaquín Maya, quien asombrado por la voz del joven lo admitió como primer tenor, circunstancia que le llevó a entrar en contacto con el mundo del solfeo de la mano del método de Hilarión Eslava, maestro también navarro (Burlada), primer valedor de Gayarre y responsable de su marcha, como becario, al Conservatorio de Madrid, donde ganó el segundo premio de canto en 1868. Después de alguna incursión en el mundo de la lírica como corista de zarzuela, con 25 años, y tras ser rechazado por el maestro Gaztambide, regresó fracasado a Pamplona. Sus valedores locales lograron una beca de la Diputación de Navarra que le llevó a estudiar a Milán (Italia), ciudad en la que obtuvo un éxito clamoroso en apenas tres meses. A partir de ese momento la carrera de Gayarre fue ya imparable. Triunfó en Bolonia, en Roma, en el Teatro de la Ópera de San Petersburgo (donde cantó por primera vez su ópera predilecta, “La favorita”), Moscú, Viena… Su consagración definitiva llegó el 2 de enero de 1876, en la Scala de Milán y, como no podía ser de otra anera, con “La favorita”, obra que le colocó como primer tenor del mundo.

Londres, Buenos Aires, Austria, Alemania, el Teatro Real de Madrid, Sevilla, Liceo de Barcelona, Nápoles, la Ópera de París… Un sin fin de éxitos que le valieron el sobrenombre de senza rivali, le Roi du chant. En diciembre de 1889, en Madrid, a pesar de encontrarse enfermo accedió a cantar “Los pescadores de perlas”, salió a escena y al atacar una nota aguda se le quebró la voz y sufrió un pequeño desvanecimiento. Su estado de salud se fue agravando y en la madrugada del 2 de enero de 1890 el tenor moría dejando un vacío imposible de llenar en el mundo de la lírica.

 

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